Volver a conectarme con la vida después del fallecimiento de mí ser amado.

Melancolía, sentimiento de culpa, estado de shock, sensación de injusticia, negación e ira… son algunos de los sentimientos que afloran en una primera instancia ante la pérdida de nuestro ser querido, pero como en toda “tormenta”, la calma llega para mostrarnos con serenidad el camino a seguir; con el paso del tiempo ( el que sea necesario para cada quien) todas estas sensaciones y emociones se disipan y llega la aceptación de la realidad; asimismo, los recuerdos que antes producían dolor, se convierten en hilos de amor que nos conectan con la memoria de nuestro ser amado.

Se dice que después de “caer profundo” lo único que queda es volver a escalar, por eso es importante permitirnos estar en duelo, porque sentir este estado, nos ayudará a sanar y encontrar la forma correcta de reconectarnos con el exterior y levantar la vista hacia nuevos horizontes que nos brindará el camino de la vida. Esto no significa olvidarnos de esa persona que ya no está, puesto que la seguiremos amando toda la vida, solamente es lograr que las emociones negativas pierdan fuerza para poder estar en contacto con nuestra propia vida llena de bendiciones para nosotros. Cuando el dolor y la tristeza profunda van cediendo en su intensidad, estaremos listos para ir recuperando el interés de seguir adelante.

Aceptar el dolor, mantenernos ocupados, deshacernos de culpas, reunirnos con personas para convertir la frustración en energía positiva son algunas de las actividades que se recomienda poner en práctica.

Recuerda que no es aconsejable quedarnos en el dolor, perder la esperanza, abusar de los medicamentos, tomar decisiones apresuradas y aislarnos, porque esto nos llevará a un estado que quizás nos podrá afectar nuestra salud y las de las personas que nos rodean.

Pero… ¿Qué podemos hacer para superar este momento que nos afecta emocionalmente?

• Dejar manifestar los sentimientos.
• Respetar nuestros estados.

• Dejarnos apoyar por nuestra familia y amigos.
• Hablar de quien falleció y soltar las pertenencias.
• Participar de los homenajes o de otra índole.

¿Qué no es recomendable hacer cuando estamos en un proceso de duelo?

• Ocultar los sentimientos.
• Sentirnos víctimas de la situación que nos tocó vivir.
• Aislarnos excesivamente.
• Desviar una conversación cuando el tema aparece.
• Conmemorar al ser fallecido como una manera de conservarlo vivo.

Cabe resaltar; que lo más valiente que podemos hacer, es continuar con nuestra vida aun cuando hemos sentido nuestro corazón roto.