Perder un amigo… un duelo especialmente emocional.

El proceso de afrontar la pérdida de un ser especial para nuestra vida, es doloroso y más aún cuando existe tanto desconocimiento sobre el mismo, no solo de quien lo vive sino de las personas que le rodean, impidiendo en muchos casos que se puedan expresar correctamente las emociones.

Erradamente se tiende a juzgar el comportamiento y a medir indiscretamente el nivel de dolor que se debe sentir por perder a una u otra persona, considerando entonces que solo se debe “llorar” a la familia y por tanto el duelo por un amigo suele ser mucho más incomprendido, pues el doliente recibe frases como: “ Ni que hubiese muerto tu padre” “ tienes más amigos” “su familia es quien debe estar más triste” forzándole a dejar de sentir el dolor que experimenta.

Sin embargo, cada pérdida que nos vemos obligados a afrontar a lo largo de nuestro ciclo vital es única y excepcional. Con el pasar del tiempo, los lazos de amistad se fortalecen, llegando a decirse que los amigos son “hermanos que quisieron nacer en otra familia”, pues la relación cercana crea hermandad, por esto, para muchas personas, perder una amistad de forma traumática supone tener que decir adiós a lo único auténtico, sincero y gratificante de sus vidas.

Tanto para el doliente, como para sus acompañantes, es importante que se comprenda que  el desahogo emocional es necesario y que este tipo de duelos aun que se crea que no son comunes, son naturales y sanos, cualquier pérdida de afrontamos supone un proceso de sanación que no debe ser juzgado y con el cual debemos permitirnos tener una sana aceptación.

Algunas de las formas que resultan ser positivas para dar vivencia a este duelo son:

• Despídete de el/ella como es debido: No permitas que el dolor te cierre los ojos del corazón, no ir a su funeral lejos de evitarte un dolor, bloqueará la posibilidad de darle el adiós que se merece y en el algún momento cuando el shock haya pasado, puede que llegues a sentirte culpable de no haberle acompañado.
• Aprende a quererlo como nunca antes:Evita que pensamiento de culpa hacia el invadan tu mente, al despedirte usa siempre frases de agradecimiento por lo que compartieron, lo que ha sucedido lejos de ser culpa de uno de los dos, es solo un momento que debe fortalecer su amistad.
• Pide un recuerdo a su familia: Aferrarte a un objeto que fue importante para su amistad puede ayudarte a afrontar el dolor y a sentirte más cercano a tu amigo. Acércate a su familia las semanas posteriores a la muerte. Pregúntales si te permitirían tomar un objeto especial como recuerdo de su amistad.
• Vuelve a visitar los lugares que frecuentaban o recrea sus prácticas favoritas: Otra buena manera de mantener vivo el recuerdo de tu amigo es recrear las vivencias que compartieron juntos. Que no esté contigo, no quiere decir que debas privarte de aquellos lugares o cosas que disfrutaban realizar juntos.