Has sido mi compañía, quien me ha enseñado a entender el valor de las cosas, quien me dio las herramientas para vivir plenamente manteniendo mi cabeza en alto, me hiciste entender el significado de la palabra honor, pero sobre todo me hiciste conocer siempre lo que es el amor incondicional. ¡Gracias papá!
Sin importar la edad, al perder a papá, vivimos uno de los miedos más profundos, puesto que a pesar de no aceptarlo, el será siempre nuestro símbolo de protección y apoyo, la cabeza de la familia y la sombra bajo la cual se crean los lazos de la misma, es el que nos dá buenos consejos con esa sabiduría que sus canas fueron construyendo, quien defiende el honor y la unidad y quien a pesar de todo, se proyecta como el hombre fuerte e incansable.
Por eso, quizás erradamente omitimos el pasar de sus años, invalidamos la existencia de su pelo blanco y su caminar lento que van restando fortaleza corporal, pero no la que rige su alma. Signos que van descontando granos de arena de ese reloj llamado tiempo.
Así las cosas, al tener que aceptar su partida nos duele el corazón, pues descubrimos que nuestro héroe ha perdido sus súperpoderes y que nos ha dejado la promesa de dar continuidad a su legado.
La muerte de nuestro progenitor nos deja clara la finitud terrenal de cada uno de nosotros, haciéndonos poner en retrospección que en algún momento será nuestro turno de partir; se despierta una alerta de que realmente no somos eternos, que hay hijos que formar, sueños que cumplir, palabras y cosas que hacer y decir; es acá, viviendo la pérdida, donde nos damos cuenta de lo importante de estar presentes no solo para mí, sino para todas aquellas personas que están a nuestro alrededor.
Hoy te decimos adiós papá porque es lo que esperamos que ocurra cuando partas, que vayas “ a – Dios”. Rendimos homenaje a todos esos maravillosos padres que desde el cielo siguen guiando nuestros pasos, con la fe permanente de que su amor incondicional sigue intacto en el cielo y que no hay distancia, no hay ausencia, si tu recuerdo permanece en nuestro corazón.
Te invitamos a realizar el siguiente ejercicio:
- Gracias papá por (di algo- no material- que le agradezcas por haberte dejado)
- Extraño tus (di algo que te permita recordarlo con amor y alegría)
- Te perdono por (di algo que quizás quedó pendiente por resarcir)
- Te amo porque (di algo que te haga sentir orgulloso de tu padre)
Repite en voz alta: Papá tu eres mi guía y en donde estés sigo tu legado.