En un matrimonio con hijos, al darse la pérdida de la pareja, esta suele ser minimizada, pues casi siempre, amigos y familiares concentran sus esfuerzos por asegurarse que los niños se encuentren bien y para el doliente es estresante escuchar la constante pregunta: ¿Cómo están los niños? o la frase “ debes ser fuerte por tus hijos”. Para ti como el papá o mamá “sobreviviente” se convierte en un momento doloroso, puesto que ante un fallecimiento, las perspectivas y dinámica de la familia cambian y quien se ha ido era la/el mejor esposa(o), la/el más abnegada(o), la/el más cariñosa(o), esto, en algunos momentos de tu duelo puede hacerte sentir culpable de que haya sido ella/él y no tú.
Es ahí, cuando eres consciente de tu pérdida y te será de ayuda reconocer que como pareja, la relación pudo haber sido ambivalente, existieron momentos de felicidad pero también posibles discusiones y tensiones, todo bajo el constructo del amor que se sentían, el mismo que en este momento debes honrar y agradecer a la vida por permitirte sentirlo.
Eres tú, el dueño de tus emociones, más aún en proceso de duelo, eres tu único maestro en el aprendizaje de organizar tu vida sin su presencia, por tanto bajo esta premisa, eres tú el único que puede decidir el momento correcto de abrir tu corazón a una nueva relación amorosa.
Te invitamos a tener presente lo siguiente:
- No permitas presiones: Es verdad que tus hijos te necesitan, pero para “salvar” a alguien primero debes permitirte estar a salvo. La decisión de retomar una relación de pareja, debe estar guiada por un sentimiento de amor y nunca por la presión de reconstruir un hogar “estable” para ellos, maneja tus emociones y decisiones al ritmo que consideres oportuno.
- Si te enamoras, no te juzgues ni permitas que otros lo hagan: Nadie puede decidir sobre los sentimientos que surgen, si el enamoramiento se dá y sientes que esta nueva persona es la adecuada para abrir nuevamente tu corazón, ¡hazlo!. No permitas que el temor a ser juzgado te reprima de sentirte nuevamente en plenitud. Recuerda que no estás buscando su reemplazo, cada persona deja huellas imborrables y es única en su momento, no la estás olvidando, simplemente te estás permitiendo vivir.
- No busques en la otra persona la “sombra” de tu pareja fallecida: Recuerda que cada persona es diferente, en sus cualidades y defectos, evita llenar “vacíos” con personas nuevas y/o buscar en ella lo mismo que tuviste. Cada relación y cada persona traerá a tu vida nuevas vivencias, si deseas reconstruir tu vida en pareja, debes darte la oportunidad de estar en apertura a sentimientos nuevos.