Enfrentarnos a la muerte de un ser amado, nos lleva a aceptar una realidad para la que nunca estamos preparados, por esto, nuestro proceso de duelo está pintado en un lienzo de tristeza, donde todo es color gris, perdemos luz y vitalidad… sin embargo, el tiempo que es maestro en nuestra vida, nos otorga la oportunidad de dar nuevos matices, ir pintando de nuevo la vida de color y recuperar el sentido de la misma.
Aun así, cuando el proceso de duelo llega al punto de aceptación y sanación, ciertos tabúes sociales o miedos propios se apoderan de nuestro corazón doliente, pues sentimos o consideramos que al sanar vamos a olvidar su recuerdo y por tanto estamos faltando a su memoria.
Con esto, la ansiedad y las dudas nuevamente llegan con preguntas como: ¿Y si me olvido de el/ella? ¿Por qué ya no recuerdo con exactitud ciertas cosas? ¿Hace tiempo no hablo con nadie de el/ella? ¿Qué dirán los demás cuando noten que soy de nuevo feliz?… se debe saber que todo esto es una respuesta natural del miedo a vivir nuestras emociones, pues ponemos en manos de otros la búsqueda de nuestra tranquilidad, queremos una validación externa de aprobación, que en un proceso de duelo no es aceptable, puesto que solo nosotros mismos podemos definir el ritmo con que lo llevamos, nadie puede decirnos qué , cómo y cuándo sentir, asi como tampoco medir el nivel de intensidad… nuestra mente debe ser clara para comprender que sanar no es olvidar, por el contrario es recordar sin dolor.
Un ejemplo de esto, es que todos tenemos anécdotas cuando sufrimos golpes en nuestra niñez por alguna travesura, pero… ¿Hablamos sobre esto todo el tiempo? ¿Le contamos a todos como nos sentimos? ¿Volvemos a llorar al recordarlo? Y lo más importante… ¿La herida vuelve a abrirse?
No, ¿Verdad?… pues de igual forma, el proceso de duelo sana, al igual que una herida “Cicatriza” y queda allí para recordarnos que hubo alguien importante, que existió un sentimiento y que al verla recordamos sin dolor, sin sufrimiento.
Si estás dando inicio a tu proceso de aceptación y tienes dudas o quieres seguir manteniendo vivo el recuerdo de tu ser amado te damos algunos tips para recordar sin dolor:
- Coloca una fotografía de un momento realmente especial, escribe tras ella tres (3) emociones positivas que viviste en ese instante. Puede que no recuerdes exactamente todos los detalles, pero el “cómo te sentiste” siempre prevalece. Así, cada vez que sientas necesidad de recordarlo podrás leerlo y lo harás desde lo positivo de su memoria.
- Haz parte de un grupo de apoyo, en muchos de ellos se realizan actividades enfocadas a la memoralización de los seres amados fallecidos, de esta forma, no solo honras su memoria sino que puedes ampliar tu círculo de amistades.