El acto de visitar la tumba o lugar de descanso final del ser amado que hemos perdido, se convierte en un ritual emocionalmente importante para el doliente, puesto que es ese sitio el que le permite conectar con la memoria de esa persona además de ofrecerle el polo a tierra de enfrentarse a la realidad de su ausencia.
Con las medidas de distanciamiento social, no solo se ha reducido la posibilidad de actividades sociales y comerciales, sino que los cementerios y Parque Memoriales han cerrados sus puertas al público y por tanto, la distancia física del doliente con el recuerdo es aún mayor.
Está siendo obligado a convivir en un espacio donde cada esquina trae recuerdos, donde cada situación recrea en la mente aquellos momentos compartidos, estrellándolo con la fría realidad de que ya no está.
Durante su proceso de duelo, el doliente necesita permanecer conectado a la esencia de su ser especial y por eso se convierte en una necesidad el ir a visitarle, ya sea para conversar, para verle o para decorar y cuidar su huella de vida.
Al no poder visitarle, el doliente enfrenta una encrucijada donde la culpa le hace sentir que ha fallado a su promesa de “amarle siempre” de “no olvidarle” y de visitarle “pase lo que pase”, pudiendo generar episodios de ansiedad o de tristeza intensa. A esto se le conoce como Atazagorafobia – Miedo al olvido.
Si tienes a un doliente en casa, te invitamos a comprender la situación que atraviesa y a no generar juicios sobre su tristeza al no poder visitar a su ser querido, mejor ofrécele tu apoyo y realiza alguna de estas actividades para apoyar el proceso:
- Instala un lugar especial en casa en honor al ser querido , puede ser a través de fotografías , y decóralo como más te guste, será entonces un lugar de recuerdos positivos que le ayudará a permanecer conectado.
- Programa una vez a la semana una “visita” – separa un espacio tranquilo, coloca música de relajación y junto a una fotografía inicia una conversación ( puede ser en carta o hablando) con tu ser querido, tal cual como posiblemente haces cuando vas a visitarle. Recuerda siempre iniciar esta conversación agradeciendo por el tiempo compartido y por la fortaleza que te ha dado para afrontar su ausencia.
- Planta un árbol o planta de flores – Realiza un “Jardín de recuerdos” , siembra una planta y bajo ella deja escrito 5 de los mejores recuerdos juntos, así mientras crece podrás saber que está naciendo de las alegrías y momentos felices juntos. Escribe en la maceta el nombre de tu ser querido y cuida de ella como hacías con la persona que hoy no está. Así podrás tenerla lista para trasladarla al lugar de su destino final una vez puedas regresar.