Vivir la pérdida de un ser amado, nos quebranta y nos hace analizar sobre lo efímera que puede ser la vida… con este sentir, llegan de igual forma muchas otros pensamientos y preguntas de difícil explicación, a los que quizás no podamos dar respuesta, aumentando la ansiedad.
Sin embargo, como dolientes debemos permitirnos sentir y expresar estas dudas, darnos la libertad para saber que ante ninguna debemos invalidarnos o retractarnos, pues es parte esencial y natural del proceso de duelo y contrario a lo que pudiese pensarse, permitirnos dudar y buscar respuestas, nos dá la fortaleza suficiente para enfrentar la situación por la que estamos atravesando.
Asimismo; es importante, que nos demos tiempo para reaccionar y elaborar, así como permitir que las personas que nos quieren nos acompañen por este proceso en el cual necesitamos del apoyo fundamental de la familia.
A continuación mencionaremos algunas de las preguntas más comunes por las que un doliente puede sentirse acongojado:
¿Me olvidaré de el/ella? Debes saber que una persona muere en físico pero jamás en el corazón de quienes la amaron, recordarle no es sinónimo de tener claros y definidos todos sus recuerdos con el mayor detalle, es completamente natural que en momentos dudes de cómo eran ciertas cosas, sin embargo es importante que te refuerces que estas son efímeras, pues puede que no recordemos lo que exactamente pasó pero siempre recordaremos lo que sentimos cuando sucedió y eso ni siquiera la muerte puede quitárnoslo…. Y ahí es donde vive la memoria de quienes han partido, en los sentimientos que en vida despertaron en nosotros.
¿Podré soportarlo? En momentos de dolor, las emociones negativas que llegamos a sentir, pueden abrumarnos a tal límite que nos lleguen a hacer sentir que hemos perdido el control. Sin embargo, debes aferrarte a la posibilidad de sanación, lo que hoy soportas es simplemente el camino a recorrer, cuyo final te llevará a encontrar la paz. La vivencia correcta del duelo es permitirte sentir sin juzgarte, nadie es más o menos fuerte que otro durante el duelo, simplemente batalla este dolor con las herramientas que posee.
¿Cuánto tiempo dura esto? Evita ponerle un límite a tu dolor *, las pautas de la sanación del duelo no están dadas como camisa de fuerza. Al ser una vivencia personal, el camino a recorrer es individual y debes permitirte ir a tu ritmo, lo verdaderamente importante es que desees sanar y te enfoques a que el dolor no será eterno y deberás buscar una salida del mismo, pero esta puerta solo se abrirá cuando realmente estés preparado.
(*) Aunque no hay lineamientos exactos de tiempo y duración de las etapas del duelo, se debe tener presente otros posibles síntomas que pueden alertar de afectaciones psicológicas mayores en las que se requiere tratamiento.
¿Recuperaré la alegría? El fallecimiento de alguien especial e importante, divide nuestra vida en dos instantes: como era la vida con el/ella y como será ahora que se ha ido.
Sin embargo, como toda situación difícil en la que la vida da un giro inesperado, el proceso de adaptación se irá dando poco a poco y todo regresará a la normalidad, construida desde la ausencia física pero basada en el recuerdo del amor y es así como se irán uniendo de nuevo los pedazos de nuestro corazón roto y volveremos a sentir las ganas de vivir, llegando con ella nuevamente los sentimientos de felicidad y alegría.
¿Por qué me ha sucedido esto a mí? Esta pregunta es un intento de poder sentir un alivio a el estado que invade la vida del doliente, una búsqueda desesperada de poder explicar porque atraviesa por este momento queriendo encontrar consuelo.
Sin embargo, es importante reforzar la idea de que no existe otra forma en la que las cosas pudieron haber pasado, no hay nada diferente que se hubiese podido hacer, pues el decidir su tiempo de irse no estuvo ni estará nunca en nuestras manos. Si estás enfrentando una pérdida no has sido castigado ni estás viviendo una injusticia, simplemente atraviesas por una de las fases del ciclo natural de la vida… esto no indica que no duela que no genere tristeza y que no sufras por su ausencia, pero debes recordar que el dolor es inevitable pero el sufrimiento es opcional y que por tanto podrás seguir adelante reconstruyendo el proyecto de vida para el cual has sido enviado.
Nunca habrán respuestas correcta o incorrectas en el duelo, pero si una orientación que pretende hacer ver al doliente que existe un fin del dolor y que existen personas a su alrededor que podrán servir de apoyo y acompañamiento mientras atraviesa el camino, teniendo presente que su más certera motivación será vivir en memoria de quien amó.
