Cuando tenemos la fortuna de tener una mascota en nuestro hogar, tenemos un compañero que está presente en muchas vivencias que marcan el trascurrir de nuestras vidas.
Por tal razón, su fallecimiento puede suponer un momento “difícil” en la vida de cualquier persona que tenga esta compañía, a pesar que no es tan común como la misma “inestabilidad” emocional y moral que se vive con la de un ser querido, se hace necesario hablar de nuestra mascota y de cómo nos sentimos por su ausencia con aquellos que sepan entendernos, en este caso con nuestra familia y amigos más cercanos. Serán días “confusos” para los dolientes, pero debemos llevar a cabo un proceso de duelo.
El vínculo que hay entre nosotros y nuestra mascota puede “afectar” nuestra salud física y mental, dado que el sentimiento de duelo tras el fallecimiento puede ser similar a la que se vive con un ser querido.
Pero, ¿Cómo afrontar el duelo?
Estas son las 4 etapas por las cuales se puede pasar en la etapa de duelo y cómo afrontarlas:
1. Negación: Donde aún no hemos podido afrontarlo, pero es respetable dejar que el doliente exprese la totalidad de sus sentimientos hacia la pérdida de su mascota.
2. Expresión de emociones: Tristeza, melancolía, rabia, etc. Es recomendable llevar a cabo un homenaje de despedida para aceptación a la pérdida.
3. Reconstrucción: Aquí es cuando te das cuenta que el “vacío” que ha dejado es doloroso por las costumbres formadas con él, tales como, jugar, pasear, etc. Es el momento de crear nuevas acciones para la “rehabilitación” de nuestra vida y emociones.
4. Relacionarse con el recuerdo de la mascota de otra manera: Es la forma más segura y sana para llegar a la “recuperación” y que solo quede el recuerdo y cariño que sentíamos por ellos.
Recuerda, cada doliente vive de manera diferente y no tarda el mismo tiempo en aceptar la pérdida, incluso algunas personas sienten alivio por la adopción de otra mascota, ante lo cual no se debe sentir mal, puesto que no se trata de “cambiar” sino de llevar a cabo de la mejor manera el proceso de duelo.
(*)El duelo es un proceso constante por lo que todos estos síntomas pueden aparecer y desaparecer con el transcurrir del tiempo.